Escuchar música, sentarme bajo un árbol, tomar el sol, bailar… Esos pequeños placeres que dan sentido a la vida y yo había dejado de disfrutar.
Veía pasar la vida, pero no la estaba viviendo. Inconscientemente vivía una vida que no era la mía o mas bien, no quería para mi.
Únicamente, sobrevivía. Era ese pequeño hámster corriendo en una rueda sin ningún destino.
Si no escuchas a tu corazón, llegará un día, en que te des cuenta de que no has hecho ninguna de esas cosas con las que soñabas. Porque creías que aún quedaba mucho tiempo, que no estabas preparada, o porque no era “lo correcto”.
Y es entonces cuando te preguntas ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Qué fue de todos aquellos sueños?, ¿Quién eres tú?
Un día, sentí que estaba tocando fondo, que mi vida se había convertido en un completo caos en el que no quería sumergirme, así que no tenía más opción que replantearme las cosas, y sacar el valor para VIVIR, la vida que yo quería vivir.
No sabía qué hacer, ni como, pero sentía, que algo tenía que cambiar.
Aunque hace ya muchos años, recuerdo ese momento exacto en el que toqué fondo. Recuerdo el momento en el que me senté en el suelo, rota, miré hacia arriba y dije gritando hacia mi interior, ¡ Por favor, ayúdame!
Y es así como comenzó mi viaje
Un viaje de auto conocimiento, largo , en espiral y con muchas cuestas.
Muchas veces fue difícil y doloroso. Hubo momentos en los que sentí que no avanzaba y parecía que nada tenía sentido.
Pero un viaje maravilloso y mágico, que me llevó hacia mi interior. Un viaje que no termina, porque el viaje del autoconocimiento es infimito
“Cuando sientas que ya no puedes más, es cuando podrás con todo”
Enseñanza
A veces sentimos que no tenemos la fuerza ni el valor para seguir adelante, pero en esos momentos es cuando más debemos perseverar y confiar en nosotros mismos.
Es importante recordar que todos tenemos la capacidad de cambiar nuestra vida y hacer realidad nuestros sueños, pero para lograrlo, necesitamos tomar acción y salir de nuestra zona de confort. A veces, es necesario pedir ayuda y buscar apoyo en amigos, familiares o profesionales, para poder avanzar en nuestro camino.
No dejes de buscar tus pequeños placeres y sueños, y si sientes que estás perdiendo el rumbo, tómate un momento para reflexionar y replantear tus objetivos. Recuerda que la vida es un viaje constante de aprendizaje y crecimiento.
