“La vida no es fácil princesa, ha llegado la hora de quitarse la corona y ponerse la armadura”
¿Una frase muy motivadora verdad? Yo también la leí por ahí y me la creí, pero con el tiempo, me di cuenta de que seguramente es una frase inventada por algún príncipe malvado y cobarde.
Durante mucho tiempo me consideré guerrera y siempre seré una luchadora incansable, porque ni sé, ni puedo ser de otra manera.
Pero, una guerrera no es una amazona con un corpiño sexy. Las guerreras, muchos días, nos levantamos pálidas del cansancio, con ojeras y sin fuerzas. No tenemos tiempo de cuidarnos, ni de mimarnos. La espada pesa, y la espalada duele.
Ser una Guerrera, significa, ser siempre fuerte, luchar batalla tras batalla, permanecer en pie, sin pedir ayuda, sin descanso y casi siempre en silencio.
Te hago una pregunta, ¿Por qué y por quien luchas tú? ¿Quién sería capaz de luchar por ti o mejor aún, contigo?
Cuando eres una mujer guerrera, se acostumbran a verte fuerte y si en algún momento te sientes agotada, te dirán que eres infantil, que eres débil o te llamarán loca. Yo escuché todo eso cuando sentía que no podía más.
Porque llegará el día en que el cansancio te sobrepase y entonces, ¿Qué pasa cuando estas hecha pedazos?, cuando estás tan cansada que no puedes más, cuando sientes que el tiempo se te escapa, cuando en la soledad lloras hasta quedarte dormida porque perdiste la ilusión.
Lo malo de llevar siempre un escudo, es que nadie podrá ver lo que hay detrás de él.
Querida Guerrera, No dejes nunca de luchar, porque esa es tu naturaleza de mujer salvaje, pero abre tu corazón y deja salir también a esa princesa, porque tú eres una princesa, aunque nadie te lo diga.
Pelea con todas tus fuerzas, pero pelea por ti, por tus sueños. Cuídate y quiérete como nunca quisiste a nadie. Solo necesitas en tu vida a quien esté dispuesto a luchar contigo hasta el último aliento. No pierdas nunca tu valiosa energía en otra cosa.
Soy una mujer fuerte, pero también soy una persona extremadamente sensible. Cada palabra y cada gesto tienen el poder de hacerme sentir mal o de hacerme volar y soñar.
Ser fuerte, no fue una elección, sino una obligación. Tuve que serlo, porque un día fui demasiado frágil.
Pero te digo algo, ni siquiera los más fuertes son invencibles. Y al final, no venimos a este mundo para luchar, si no para Amar.
Princesa o Guerrera son simplemente arquetipos que habitan en todas nosotras, permítete ser cada día la mujer que necesitas ser.
Hoy, yo no quiero ni corona, ni Armadura. Ni princesa, ni guerrera. Hoy soy simplemente una Mujer que aprendió a luchar como guerrera, pero que necesita amar y ser amada como princesa.
“La fragilidad del cristal no indica debilidad, si no calidad”- Hacia rutas salvaje
Enseñanza
Muchas veces nos sentimos obligadas a ser fuertes y luchar sin parar, pero no debemos olvidar que también necesitamos cuidarnos y amarnos a nosotras mismas. Y está bien ser sensible, eso no nos hace débiles, al contrario, nos hace humanas y muestra nuestra capacidad de sentir intensamente.
Todos necesitamos alguien que luche con nosotros y nos apoye en los momentos difíciles. Pero también es importante aprender a ser nuestro propio apoyo y cuidarnos a nosotras mismas. Y sí, las etiquetas de princesa o guerrera pueden limitarnos, lo importante es ser auténticas con nosotras mismas y permitirnos ser quienes necesitamos ser en cada momento.